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Campaña global genera conciencia sobre los impactos de las piscifactorías




La campaña mundial "El Día Mundial del Fin de la Pesca", que informa a los consumidores sobre cómo ser más conscientes y responsables respecto al consumo de los animales marinos, se promueve en Colombia, Argentina y Chile esta semana. La ONG internacional Sinergia Animal dirigirá los esfuerzos y proporcionará recetas e ideas fáciles para sustituir el pescado y los mariscos por opciones de origen vegetal, las cuales tienen el potencial de salvar a los animales y preservar el medio ambiente.


El evento anual lo celebran 164 organizaciones de todo el mundo. La campaña fue creada por la organización suiza Pour l'Égalité Animale (PEA) "Por la igualdad de los animales"— en 2016, y este año se centra en los impactos de la piscicultura, también llamada acuicultura. En Colombia, Argentina y Chile, Sinergia Animal publicó un libro electrónico con 15 recetas veganas inspiradas en el mar y otros tips que está disponible para su descarga gratuita en sinergiaanimal.org/recetas-del-mar. También publicarán materiales educativos sobre este tema en su Facebook (facebook.com/sinergiaanimallatinoamerica), Instagram (instagram.com/sinergiaanimallatinoamerica) y Twitter (twitter.com/sinergia_latam) esta semana.


"Muchos consumidores creen que la acuicultura es más sostenible que la pesca en el mar, pero esto es realmente un gran error. La cría de peces, langostinos y otros tipos de animales acuáticos puede ser, en realidad, incluso más perjudicial y también es responsable del agotamiento de la biodiversidad en los océanos", afirma Romina Viscarret, la gerente de comunicaciones y relaciones corporativas para Sinergia Animal en Argentina, una organización de protección animal dedicada a luchar contra las peores prácticas de la cría industrial en los países del Sur Global y a promover opciones alimentarias más compasivas.


Cada año se capturan en el mar hasta 1.100.000 millones de peces sólo para alimentar a especies criadas en la acuicultura como el salmón carnívoro o las tilapias omnívoras. Por ejemplo, las estimaciones de la industria dicen que para producir 1 kg de salmón se necesitan más de 800 g de peces salvajes y esta cifra ni siquiera tiene en cuenta las capturas accidentales, que son los animales marinos capturados accidentalmente durante la pesca en el mar.


La sobrepesca es un problema tan urgente que incluso Netflix estrena el 24 de marzo un nuevo documental, "Seaspiracy", sobre el tema. La película aborda cómo la industria pesquera está directamente relacionada con la reducción de la biodiversidad, el tráfico de personas, el cambio climático y cómo la vida humana se verá amenazada a menos que "dejemos los océanos en paz", en palabras del fundador de Sea Shepherd, el capitán Paul Watson.




La preocupante realidad de las piscifactorías


Las piscifactorías representan el 47% del total de la producción pesquera mundial y están a punto de superar a toda la pesca de captura en 2024. Este rápido crecimiento suscita la preocupación de científicos y activistas, que afirman que la actividad es perjudicial para el medio ambiente, además de arriesgada para la salud pública y cruel para los animales.


"Las piscifactorías suelen consistir en estanques o corrales sucios, con agua de mala calidad, donde los peces son sometidos a enfermedades y se dejan comer vivos por todo tipo de parásitos, desde piojos de mar hasta hongos", explica Viscarret. Una investigación publicada esta semana por la ONG Compassion in World Farming muestra salmones con heridas abiertas y ciegos en Escocia, tercer productor mundial de esta especie.



Para evitar los brotes de enfermedades causados por las condiciones insalubres de las granjas, la industria pesquera suele utilizar antibióticos. Esta práctica puede provocar la contaminación del agua y del suelo con antibióticos y bacterias resistentes, pero también puede infectar directamente la carne que consumen las personas. Algunos estudios señalan que incluso los antibióticos prohibidos hace más de 10 años para las piscifactorías en algunos países pueden seguir detectándose en los productos de la acuicultura.


El componente de bienestar animal también es un tema problemático en estas granjas. Los peces, que se ha demostrado que son capaces de sentir un sinfín de sensaciones y emociones, se crían a menudo con un espacio mínimo para expresar sus comportamientos naturales. Las altas densidades suelen provocar peleas y lesiones debido al estrés. "Los que no se pudren hasta morir son sacrificados por asfixia, o siendo desollados, abiertos y destripados mientras están conscientes, entre otros métodos crueles", afirma Viscarret.


Sinergia Animal invita a todos los que se preocupan por los impactos de la agricultura animal a reconsiderar lo que eligen para comer. "Después de conocer estos aspectos, es importante que la gente sepa que hay una alternativa. Una de las mejores cosas que podemos hacer para cambiar esta realidad es dejar los productos de origen animal, incluidos los animales marinos, fuera de nuestros platos", sugiere Viscarret.

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